¿Funcionan los objetivos?

Sí.

Los he hecho
Los conseguí.
Los superé.

Nuestro mundo se rige, al parecer, por objetivos.

Cada orador motivacional

o persona que desee inspirar a otros,

Establece una meta.

Consíguela.
Hazla.
Alcánzala.
En el colegio

desde que somos niños…

Obtén buenas calificaciones.

Consigue los premios.

Todo en pos de un “futuro mejor”.

Llegaste a la meta.
Te sientes emocionado.
Celebras.

Después,

En los momentos de soledad de la noche siguiente…

Reflexionas
no descansas

Decides, ¿Qué sigue?
¿Y si no hay nada más?

Nos ponemos tristes.
Nos deprimimos.
Cabreado.

No por nuestros antepasados.
Por nuestra sociedad.

Para conseguirlo.
Para hacerlo.
Para lograrlo.

En la búsqueda de “conseguirlo”

Nos alejamos de lo que somos.
Incluso llegamos a renunciar a lo que somos
para que convertirnos en lo que necesitamos ser
para conseguirlo.
Para lograrlo.

Mirando en el espejo,

Tarde en la vida.

Nos preguntamos

en quién nos convertimos.

Recogemos los premios.

Las cosas que dijimos que queríamos.

Sin embargo, nuestro corazón se rompe

porque en la búsqueda de lo que queríamos

«allí afuera»

Perdimos lo que realmente queríamos

«ahí dentro».

No soy un enemigo de las metas.

Tampoco soy hater de nada.

Sin embargo, en mi experiencia.

Las metas…

Son miopes.

Nos enfocan en un período específico de tiempo.

Nos distraen de quizás, nuestro verdadero yo.

Son una construcción maravillosa para garantizar que sepamos qué hacer cuando nos despertamos

en la mañana.

Pero,

¿De dónde vienen?

¿Sabemos realmente por qué nos propusimos hacer lo que hacemos?

Y quizás una mejor pregunta que me he hecho es…

¿Cómo logramos lo que queremos

sin perdernos en el proceso?

Sin quemarse…

Y disfrutando cada etapa.

Personalmente ya estoy hecho en este momento en el tiempo.

Al dejar ir el presente

en el intento de hacer el futuro…

«Tan estupendo».

En cambio, darte cuenta de que ahora mismo es igual de genial.

Y así fue, ayer, la semana anterior y el mes anterior.

Creo que es hora de echar un vistazo a nuestros objetivos.

En lo que realmente queremos.

Y para entender realmente lo que es…

y de donde vine…

¿Es nuestro ego

O nuestros deseos más profundos?

¿Nuestros padres diciéndonos algo a los 7 años

O nosotros mismos conociendo nuestro verdadero destino?

Y en pos de un objetivo.

Si tienes uno.

He encontrado

que tal vez nunca puedas entender

justo lo que puedes lograr

cuando el universo conspira a tu favor.

Es por eso que cada gol,

No importa cuán grande

En realidad podría estar deteniéndote

de lo que está realmente listo para ti.

¿La clave?

Rendirse a lo maravillosa que puede ser la vida.

¿El problema?

Creemos que necesitamos metas para tener una vida de éxito, disfrute,

realización y armonía.

Como si el logro

nos trajera felicidad.

Cuando en realidad.

Nos traemos la felicidad.

Asi que,

No importa si es un lanzamiento.
No importa si es un negocio.
No importa si es un nuevo cliente.
No importa si es un número en tu cuenta bancaria.

¿Por qué tienes ese objetivo?

¿Qué significa?

¿Es TU objetivo? ¿O el de alguien más?

Y te aferras tan profundamente todos los días hacia ese objetivo

que no sabes si estás permitiendo que ocurra.

¿O está el deseo en la meta misma

creando la resistencia a lograrlo?

No hay respuesta para esto.

Si quieres un gol. Ve a buscarlo.

Si no lo haces. Eso también es genial.

Eso es todo lo que sé.

¿Es eso lo que crees que traerá el gol…?

Es solo otro objetivo.

Disfruta el proceso

y el viaje

¿El destino?

Es divertido.

Pero nunca tan divertido

como cada día

siguiendo la dicha

hacia tu

destino.

Scott