Hoy quiero compartirte un experimento que realicé y que me costó 30.000 dólares porque no aproveché mi ventaja única.
Hace unos dos años, estaba desarrollando una campaña de marketing. En este punto de mi negocio, tenía muchos más recursos de los que estaba acostumbrado: escritores, diseñadores, un director creativo, implementadores de tecnología, etcétera. Muy lejos de los días en los que trabajaba yo solo con un editor de páginas y un sistema de correo electrónico. Tuve una gran idea para una campaña de marketing.
Se la propuse al equipo y les dejé que la llevaran a cabo.
Lo que ocurrió después me dejó alucinado.
Probamos esta campaña de antemano con mi copia, mis terribles gráficos, todo de mí. Y funcionó muy bien. Luego pusimos en línea la versión que mi equipo había creado, cuya producción nos costó $30.000 dólares. Pensé que esto nos daría mejores resultados, pero aquí está la sorpresa.
Los resultados fueron terribles.
Ni siquiera llegamos al punto de equilibrio. ¿Por qué fue eso?
Me di cuenta de un concepto clave que es importante para asegurar que eres Relevante, especialmente cuando escalas tu negocio a ocho cifras y más allá.
Tu relevancia está tan ligada a tu ventaja única que si tu equipo y tú mismo no la entienden, no puede ser replicada.
¿Alguna vez has publicado un post en Facebook que no obtuvo likes? ¿Un mensaje de correo electrónico que no llegó a buen puerto? ¿Una llamada de ventas que no fue sólo tuya? ¿Una campaña de marketing que apesta?
Normalmente se debe a que no has extraído y replicado tu ventaja única o tu propuesta única de venta. En esta campaña publicitaria, nos pusimos en plan profesional, con gráficos elegantes, textos asombrosos, todo lo que debería convertir.
Sin embargo, cuando fuimos a usarla, no se parecía a mí. Amplificaba su DOLOR pero no creaba un punto de Relevancia con mi personalidad.
RECUERDA: la gente compra a personas con las que se siente conectada, por eso fracasó.
¿La lección?
Crea tu ventaja injusta y úsala en todo lo que hagas.
-Scott